Se pueden usar alarmas para beber líquidos y mantener el organismo en óptimo funcionamiento. Por qué la sed no es buena señal.
El cuerpo humano está compuesto por un 60-70 por ciento de agua, pero esta cantidad se va perdiendo a lo largo del día por la orina y la sudoración. Por eso, para que el organismo funcione de forma óptima, el agua es el elemento ideal que hay que consumir.
Hacerlo supone un sinfín de beneficios: mejoras en el aspecto de la piel, mantenimiento del peso y la temperatura corporal, ayuda a la salud de los riñones y prevención de la deshidratación.
“Es fundamental que de a poco incorporemos el hábito de consumir líquido durante todo el día”, explica la nutricionista deportiva Martina Alonso (M.N. 8.643). Si bien es algo que todos sabemos, la licenciada sostiene que las personas lo olvidan con el correr del día.
Tener a mano una botella de agua
Para combatir ese olvido, Alonso recomienda tener a mano siempre una botella de agua. “Llevarla al escritorio si estamos trabajando y si nos trasladamos hacia otro lado tenerla siempre en la mochila. Eso va a hacer que aunque no tengamos sed, al verla, nos tiente a tomar de a sorbos”, sugiere.
En lo posible, no utilizar cada día una botella nueva, sino reutilizarla, para evitar generar constantemente contaminación plástica. Hoy en día, hay varias opciones de recipientes reutilizables disponibles.
Otra alternativa para comenzar a generar el hábito es ponerse alarmas que avisen que hay que tomar un vaso de agua. “Con el paso de los días, esa alarma no va a ser necesaria, porque vamos a ir adquiriendo la costumbre”, asegura.
La recomendación de los expertos en salud es tomar entre dos y tres litros de agua por día. “Pero esto va a depender de otros factores”, advierte la nutricionista. “Si por ejemplo realizamos ejercicio, la cantidad puede incrementarse debido a la mayor pérdida, además, también pueden influir el clima y la humedad”, agrega.
¿Solo el agua nos hidrata?
Una consulta muy común que le suelen hacer a Alonso es si solo el agua nos hidrata. Si bien se cree que el mate tiene efecto diurético, “hay estudios que indican que como infusión ayuda a hidratar”, asegura la licenciada, que lo comprobó en análisis efectuados en futbolistas.
Además, la mayoría de las frutas y algunos vegetales están compuestas por gran cantidad de agua. Por lo tanto, son opciones válidas para completar la cuota diaria de líquido.
La sed no es buena señal
Uno de los principales problemas de la falta de ingesta del agua es la deshidratación. Tener sed ya supone un problema, o el comienzo de uno si no se revierte. Si bien lo correcto es tomar agua en ese momento, es importante saber que lo ideal es tomarla antes de que el cuerpo lo pida.
Un ejercicio sencillo para saber cuán hidratados estamos es mirar el color de la orina. “Aunque no es un método 100 por ciento efectivo, porque puede verse alterado por medicamentos o suplementos como por ejemplo vitaminas, es práctico para ir conociendo y ajustar nuestra hidratación”, afirma Alonso.
Cuanto más clara está, mejor hidratados estamos. Si está más oscura, como “concentrada”, quiere decir todo lo contrario: que estamos deshidratados, o en proceso de estarlo. Prestarle atención a esta acción nos va a dar la pauta de si debemos incorporar más líquido o no.
“La deshidratación puede traernos algunas complicaciones como pérdida de la agudeza visual, mareos, fatiga y menor concentración. Y esto se potencia si realizamos ejercicio, y ni hablar si el clima es con altas temperaturas y gran humedad”, describe la especialista en nutrición deportiva.
Fuente: tn.com.ar