La alimentación del gato es un elemento fundamental en el mantenimiento de su salud, tal y como ocurre con nuestra propia alimentación. Si queremos que nuestro gato esté sano y fuerte, debemos proporcionarle los nutrientes que necesita. Al ser carnívoro por naturaleza, su pienso debe llevar una base de carne que le proporcione las proteínas necesarias, así como un aporte de taurina, un aminoácido que es muy importante para él.
La edad, el tamaño y también los hábitos del gato (si es activo, si es más tranquilo, si tiene tendencia a engordar…) determinarán en gran medida el tipo de alimentación que le proporcionemos. No obstante, todos necesitan una dieta equilibrada y de calidad. También habrá que tener en cuenta casos especiales en los que la alimentación también será diferente. Estamos hablando de gatas embarazadas, de cachorros, de gatos esterilizados, sénior…
Con las sobras debemos tener mucho cuidado. La tentación de premiar a nuestro gato con algo de nuestra comida es grande, pero hay que saber bien qué podemos darle y qué no. Por ejemplo, si nos sobra el hígado, podemos cocerlo (¡muy importante!) y dárselo en pequeños trozos, o darle un poco de embutido bajo en sal y grasas y algo de verdura de las que te indicamos en la galería. Por el contrario, evita los alimentos ricos en azúcares, sales y grasas; no le reportarán ningún beneficio, sino que pueden perjudicar su bienestar a la larga.
En cuanto a las variantes de pienso, encontramos tres grandes tipos: comida seca, comida semiseca y comida húmeda. Si tienes dudas sobre qué tipo de pienso dar a tu gato, consulta ante todo con tu veterinario antes de decidirte por uno. Ten en cuenta, eso sí, que los piensos de menor calidad son aquellos que tienen un mayor porcentaje de cereales (hidratos de carbono) y menor de carne, cuando debería ser al revés.
Si optamos por proporcionarle una dieta natural casera, debemos saber que será algo trabajoso, ya que no sólo debe consistir en carne y pescado con algo de verduras (esto sería una alimentación deficiente), sino que debe contener los componentes esenciales, como la taurina. En estos casos deberemos consultar con el veterinario o un dietista especializado en alimentación felina.
A continuación, te contamos qué alimentos puedes dar a tu gato como premio o como complemento a su dieta y cuáles definitivamente no.
Carnes de pollo y de vaca: Estas carnes (siempre cocinadas y nunca crudas) le proporcionan una gran cantidad de nutrientes al gato. El hígado, presente en la mayoría de los piensos, le proporcionará mucho hierro.
Pescado (cocinado) es muy beneficioso para los gatos y además les encanta. El mejor es el pescado blanco y siempre sin espinas, pero también puedes darle atún y trucha, que les suelen volver locos. Mejor que no sean de lata, pues llevan demasiada sal.
Algunas verduras, entre las que se encuentran las zanahorias, las acelgas, los calabacines y la remolacha, son aptas para los gatos. No obstante, no les suele gustar mucho lo verde. Lo emplean habitualmente para purgarse.
En general, las frutas son buenas para el gato, aunque hay algunas que te contaremos más adelante que convendría evitar. Entre las aptas se encuentran la sandía, el melón (ideales para que se refresquen en verano), el durazno y la pera.
Aunque los lácteos pueden no sentar muy bien al gato, no hay problema en darle un poco de yogur natural (siempre sin azúcares, edulcorantes ni sabores) de vez en cuando a modo de capricho, y en pequeñas cantidades.
Nunca le des a tu gato huevos crudos, siempre en muy pequeños trozos y cantidades y habiéndolos cocido bien previamente.
El pan, los cereales, etc, pueden dificultar la digestión de tu gato y provocarle malestar, así que es mejor evitarlos. Vigila la composición del pienso para asegurarte de que la cantidad de cereales que contiene es la adecuada.
Debemos tener mucho cuidado si tenemos plantas en casa, ya que hay varias que son tóxicas para los gatos.
El azúcar, especialmente el presente en galletitas, facturas, dulces industriales… es muy perjudicial para el gato. Nunca le des a tu gato algún alimento de ese tipo y mantenlos fuera de su alcance en casa.
Por un lado, las uvas y las pasas pueden causar problemas renales al gato, y por otro, los cítricos les causará molestias y malestar estomacal. Así que, ¡evítalos!
Chocolate, café y té: Los tres están totalmente prohibidos en la dieta del gato, pues puede llegar a causarles incluso la muerte.
Hay algunas verduras que debemos evitar en la alimentación de nuestro gato. Entre ellas se encuentran la cebolla, el ajo, la papa y el tomate.