La capacidad para interactuar con las personas está presente en los perros desde edades muy tempranas, revela un estudio científico. ¿Existen genes específicos que contribuyan a este comportamiento?
Por poco tiempo que uno haya interactuado alguna vez con un perro, sabrá que estos animales tienen una capacidad asombrosa para comunicarse con nosotros. Es más, puede que esta característica tenga incluso un origen genético y no requiera mucha experiencia o entrenamiento previo, según revela un estudio que se acaba de publicar en la revista Current Biology.
“Hemos demostrado que los cachorros de perro responden a la mirada social humana y utilizan con éxito la información proporcionada por un ser humano en un contexto social desde edades muy tempranas y antes incluso de tener mucho contacto con personas”, explica la investigadora de la Universidad de Arizona y autora del estudio Emily E. Bray. “Por ejemplo, antes incluso de que los cachorros dejen a sus compañeros de camada para irse a vivir con los criadores, la mayoría son capaces de encontrar comida escondida siguiendo las indicaciones de un humano”.
Además, el trabajo demostró que más del 40 % de la variación en la capacidad de un cachorro para seguir las señales de un dedo humano se puede explicar a partir de la herencia genética. “Es una cifra muy elevada, similar a las estimaciones de heredabilidad de inteligencia dentro de nuestra propia especie”, ha señalado Bray.
¿La biología explica la capacidad de comunicación?
Para tratar de responder a esta pregunta, los investigadores usaron los datos de cientos de perros en edades tempranas. Todos tenían un historial de cría muy parecido y un pedigrí conocido que se remonta a varias generaciones. Para explorar las habilidades de los cachorros, los científicos realizaron pruebas en 375 perritos durante ocho semanas. Puesto que conocían el grado de parentesco entre los animales, podían usar esta información para construir un modelo estadístico que evaluara factores genéticos versus ambientales.
Los resultados revelaron que, cuando hablamos de formas de comunicación que incluyen gestos y contacto visual, los cachorros son muy hábiles desde edades tempranas. Sin embargo, dicha comunicación solo funcionó cuando las personas también iniciaron la interacción hablando con los cachorros con una voz aguda.
«Desde una edad temprana, los perros muestran habilidades sociales similares a las de los humanos, que tienen un fuerte componente genético, lo que significa que estas habilidades tienen un gran potencial para someterse a la selección», explica la autora. «Por lo tanto, nuestros hallazgos podrían apuntar a una parte importante de la historia de la domesticación, en el sentido de que los animales con una propensión a comunicarse con nuestra propia especie podrían haber sido seleccionados en las poblaciones de lobos que dieron origen a los perros».
Bray dice que el siguiente paso es ver si pueden identificar algunos de los genes específicos que contribuyen a estos comportamientos. Actualmente están recolectando datos cognitivos y muestras de sangre de perros adultos y planean realizar un estudio de asociación de todo el genoma, con el objetivo de identificar marcadores genéticos asociados con estos comportamientos sociales. También harán un seguimiento de los resultados de los perros evaluados en el programa de perros de servicio para ver si el desempeño en cualquiera de las tareas sociales evaluadas a las ocho semanas predice una graduación exitosa como perro de servicio. Además de comprender la genética, también esperan explorar cómo diferentes aspectos del entorno temprano de un perro podrían influir en sus habilidades cognitivas y sociales.
Fuente: Muy Interesante