Cuáles son los beneficios de ambas prácticas y los riesgos de salteárselas.
El ejercicio tiene muchas ventajas siempre que sea realizado de forma correcta. De lo contrario, las incomodidades y lesiones serán problemas repetitivos y perjudicarán una evolución real. De ahí la importancia del calentamiento y el estiramiento en la rutina.
El primero es el compendio de ejercicios que influyen en los músculos y las articulaciones para preparar al cuerpo frente a la exigencia elevada durante el entrenamiento. El segundo consiste en una serie de ejercicios de baja incidencia, los cuales tienen el objetivo de incrementar el rango de movimiento de las articulaciones.
Los beneficios de realizar ejercicios de calentamiento:
– Incremento del flujo sanguíneo. Es un gran aporte para los músculos, debido a que reciben de mejor forma los nutrientes que maximizan el rendimiento en intensidades máximas.
– Aumento de la flexibilidad. Mejora el rango de movimiento para mayor soltura en las actividades más demandantes. Así, se reduce el riesgo de molestias físicas.
– Disminuye la probabilidad de sufrir lesiones. Hacen que los músculos se relajen, descarten las molestias y se evita los caminos normales hacia las lesiones.
– Mejora en el rendimiento. Optimiza el desempeño en diversas actividades físicas.
– Preparación mental. Permite dar un mensaje de aviso al cerebro de que habrá un esfuerzo mayor en breve, lo que mejora la respuesta ante diversos escenarios.
– Protege el corazón. El aumento paulatino de la frecuencia cardíaca hace que el sistema cardiovascular no sufra pequeñas derivaciones sucesivas en cada nueva actividad.
Los riesgos de saltarse el calentamiento, o de no hacerlo de la manera correcta, están en la aparición de dolores repetitivos y lesiones. A tal efecto, los músculos se van desgastando hasta generar un estrés que hace imposible llegar al mejor estado. Contracturas, calambres, rigidez muscular y aumento de la fatiga inicial en un entrenamiento de alta intensidad son algunas consecuencias.
En el caso de los estiramientos, resulta preponderante dividir los beneficios en la modalidad previa al ejercicio y la que se ejecuta posteriormente. Así pues, tanto los músculos como las articulaciones se ven resguardados en un alto porcentaje.
Los beneficios del estiramiento antes del ejercicio se encuentran en el siguiente listado:
– Reduce el dolor en los músculos.
– Mejora la circulación sanguínea.
– Aumenta la concentración.
– Aminora el riesgo de lesiones.
– Promueve la buena salud de las articulaciones.
Por otro lado, el estiramiento después del ejercicio provoca los siguientes efectos:
– Favorece la tonificación muscular.
– Ralentiza el ciclo de enfriamiento para conservar energía luego del entrenamiento.
– Aumenta la velocidad de reabsorción del ácido láctico.
– Perfecciona la postura.
– Alivia el estrés muscular.
– Calma la mente del practicante.
En resumen, el calentamiento contribuye a evitar lesiones, aumentar la flexibilidad, mejorar el flujo sanguíneo, entre otros. Entre 5 y 10 minutos serán suficientes para activar estos beneficios.
Por su parte, en el estiramiento es crucial cuidar la postura, no tensionar hasta el punto de dolor, iniciar con cautela y manejar la respiración. Además, si se cuenta con algún inconveniente de salud, es conveniente acudir a un médico para evaluar la situación.
Fuente: lt10.com.ar