Conocé una serie de consejos para que puedas librarte de dolor de cabeza y tus paredes queden relucientes sin nuevas apariciones.
Uno de los problemas domésticos que mayores dolores de cabeza implica es la humedad que se presenta en ciertas paredes del hogar, porque muchas se torna un proceso difícil de resolver o de erradicar. A nadie le gusta que sus paredes se humedezcan. Esas manchas verdes de hongos o esos pedazos de pintura que van descascarándose en la superficie son molestos, antiestéticos y, sobre todo, perjudiciales para la salud.
Pero el problema no es estético sino también edilicio y hasta puede generar infecciones respiratorias en los habitantes de la vivienda. Es que las antiestéticas manchas en las paredes y rincones puede provocarnos alergias y dificultades en el sistema respiratorio, según afirma diferentes estudios científicos.
Lo cierto es que la humedad de la casa es un problema que puede estar generado por el material del que está fabricada, el impacto del clima y la falta de ventilación de los espacios. Por fortuna, existen algunos métodos naturales que pueden ayudar a eliminarla para darle un mejor aspecto a los espacios afectados y evitar problemas mayores.
Determinar que tipo de humedad hay
La filtración se puede dar por causas naturales (climas húmedos o lluvias intensas) o por rotura de cañerías internas. Básicamente es el ingreso de agua por huecos o grietas en los muros. En ocasiones ni siquiera es necesario que haya fisuras. Los muros están compuestos de elementos porosos. Si no están convenientemente protegidos de la humedad terminarán dando lugar a manchas. Ante esta situación, las siliconas o selladores, la membrana líquida o asfáltica y los revoques impermeabilizantes podría ayudarte a acabar con el problema.
Otro de los agentes que puede provocar humedad en las paredes es la condensación que se genera con bañarnos, cocinar o simplemente respirar, ya que provocan un incremento en la humedad del ambiente. Este tipo de humedad es la que permite el crecimiento de moho y hongos por lo que la ventilación se vuelve central.
Otra es la capilaridad y podría tener que ver con una característica propia del terreno. Es decir, el suelo donde se asienta tu hogar puede ser húmedo o con napas más superficiales y esto hace que llegue a los cimientos.
Fuente: www.airedesantafe.com.ar