Cuando se comprimen determinadas zonas, es posible que el riego sanguíneo no llegue a las manos. Este es el motivo por el cual aparece el hormigueo o se duermen las extremidades. A continuación, explicaremos en profundidad este fenómeno.
Estamos descansando y, en mitad de la noche, nos despertamos por una especie de “descarga eléctrica” en las manos o dedos. Otras veces ocurre que, cuando abrimos los ojos, pareciera que alguien ha venido y en la oscuridad nos ha cortado las extremidades.
Estas situaciones muchas veces puede generar, incluso, cierto sentimiento de pánico entre las personas que lo sufren. Sin embargo, puede deberse a motivos inofensivos, como una mala postura.
Tanto los calambres, como el adormecimiento, son desagradables, estemos durmiendo o no. Si nos pasa una vez cada tanto, esto no implica un problema. Sin embargo, si es más la regla que la excepción, quizá deberíamos prestar más atención a estos signos.
Ambas sensaciones pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo, aunque las áreas más frecuentes son las extremidades; es decir, brazos, piernas, manos y pies. Los síntomas son hormigueo y sensación de pinchazo, como si nos estuvieran clavando decenas de pequeñas alfileres o agujas; algunas personas, incluso, experimentan ardor.
Según un informe de una clínica española, las principales causas de adormecimiento en las manos mientras dormimos o estamos acostados son:
- Falta de vitamina B12.
- Consumo de ciertos medicamentos.
- Daño o presión en un nervio de la mano y muñeca.
- Permanecer mucho tiempo en una postura similar.
- Lesión leve en las manos: puede ser, por ejemplo, un golpe que sufrimos durante el día.
- Lesión en el cuello, que pueda provocar un entumecimiento en los dedos, manos o brazo.
- Retención de líquidos: se da sobre todo por la menopausia, el embarazo y el sobrepeso.
- Tareas cotidianas que impliquen flexionar y extender las muñecas, así como hacer mucha fuerza o manipular herramientas que vibren o ejerzan presión.
Fuente: www.airedesantafe.com.ar