La gran mayoría de los pacientes con cuadros graves de salud por COVID-19 desarrolla neumonía bilateral, lo que puede terminar con la vida. Ahora, ¿por qué se produce esto y cuán irreversible puede ser? Especialistas explican de qué se trata esta infección.
La neumonía inflama los sacos aéreos de uno o ambos pulmones. Estos se pueden llenar de líquido o pus (material purulento), lo que provoca tos con flema o pus, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar. Diversos microrganismos, como bacterias, virus y hongos, pueden generar una neumonía, que puede variar en gravedad desde suave a potencialmente mortal. Es más grave en bebés y niños pequeños, personas mayores de 65 años, y pacientes con problemas de salud o sistemas inmunitarios debilitados.
Carlos Luna (M.N. 46.388), profesor titular consulto de Neumonología de la Facultad de Medicina de la UBA y del Hospital de Clínicas, sostuvo que la neumonía bilateral es simplemente lo que su nombre indica: “una infección que compromete al tejido pulmonar (alvéolos e intersticio), con un proceso inflamatorio (líquido, glóbulos blancos, otro tipo de células, etcétera), alterando en forma variable el funcionamiento de los dos pulmones”.
En ese sentido, el especialista precisó: “El hecho de que una neumonía sea bilateral, sugiere mayor extensión y gravedad del cuadro clínico del paciente. En el caso del COVID-19, la neumonía es un proceso muy frecuente: de hecho, la mitad de los pacientes es asintomática u oligosintomática y no hay estudios radiológicos sensibles, de manera que se desconoce qué porcentaje de casos no tiene nada en los pulmones, pero es probable que casi todos tengan al menos un compromiso incipiente o leve que tiende a ser bilateral”.
En sintonía con lo anterior, añadió: “En COVID-19, el problema está no solo en la presencia de múltiples infiltrados bilaterales, sino en su intensidad y adquiere mayor importancia cuando es capaz de producir reducción de la presión parcial de oxígeno en la sangre arterial. Aquellos que tienen bajo el oxígeno deben internarse y, en general, recibir algún tipo de soporte de oxigenación. La hipoxemia severa con requerimiento de maniobras especiales para mantener la oxigenación, incluyendo la intubación y aplicación de ventilación mecánica se realiza a los pacientes críticos y esto suele ocurrir a partir de la segunda semana de la enfermedad, cuando en un 5% de los afectados comienza una segunda etapa que tiene características inflamatorias, desarrollando lo que se llama distrés respiratorio”.
Por su parte, el infectólogo Omar Sued (M.N. 91.262) explicó que la neumonía significa infección del pulmón y bilateral es porque afecta a los dos órganos. “Produce una inflamación del tejido pulmonar con necrosis (o sea muerte) de las células del pulmón llamadas neumocitos, formación de membranas hialinas que cubren las células e impiden la difusión de oxígeno, y edema (o sea líquido) a nivel intersticial dentro de los alvéolos, lo que genera mayor insuficiencia respiratoria y muerte”, detalló.
Para el especialista, es un cuadro muy difícil de revertir ya que produce un síndrome del distrés respiratorio del agudo. En lo que refiere a las terapias, dijo: “Lo que se usa para intentar frenar esto son la dexametasona para desinflamar el pulmón y el respirador artificial para forzar un poco la entrada de oxígeno a los alveolos y al torrente sanguíneo”.
Los síntomas de la neumonía varían de moderados a graves y dependen de varios factores como el tipo de germen que causó la infección, la edad del paciente y su estado de salud general. Algunos de los signos de la enfermedad son:
- Dolor en el pecho al respirar o toser.
- Desorientación o cambios de percepción mental (en adultos de 65 años o más).
- Tos que puede producir flema o pus.
- Fatiga.
- Fiebre, transpiración y escalofríos con temblor.
- Temperatura corporal más baja de lo normal (sobre todo en adultos mayores de 65 años y personas con un sistema inmunológico débil).
- Náuseas, vómitos o diarrea.
- Dificultad para respirar.
Muchos gérmenes pueden causar neumonía. Los más comunes son las bacterias y los virus en el aire que respiramos. El cuerpo normalmente evita que estos infecten los pulmones, pero a veces logran dominar el sistema inmunitario, incluso si la salud es buena.
La neumonía se clasifica según los tipos de gérmenes que la causan:
- Bacterias: La causa más común de la neumonía bacteriana en los Estados Unidos es el Streptococcus pneumoniae. Este tipo puede ocurrir por sí solo o después de haber tenido un resfrío o gripe. Puede afectar una parte (lóbulo) del pulmón, y en ese caso, se denomina neumonía lobular.
- Organismos similares a las bacterias: Mycoplasma pneumoniae también puede causar neumonía. Típicamente, produce síntomas más leves que otros tipos de esta enfermedad.
- Hongos: Este tipo de neumonía es más común en personas con problemas de salud crónicos o sistemas inmunitarios debilitados. Los hongos que lo causan pueden encontrarse en el suelo o en los excrementos de las aves y varían según la ubicación geográfica.
- Virus, incluso el COVID-19: Algunos de los virus que causan resfriados y gripe pueden generar neumonía. Éstos son la causa más común de neumonía en niños menores de 5 años. La neumonía de tipo viral suele ser leve, pero en algunos casos puede llegar a ser muy grave. El coronavirus también puede causarla y llegar a ser mortal.
Los factores de riesgo
Contraer neumonía puede deberse a varios factores, pero existen grupos de riesgo como los niños menores de dos años y las personas mayores de 65 años. Además, quienes están hospitalizados tienen un mayor riesgo de contraer neumonía, sobre todo si se encuentran en terapia intensiva o si están conectados a un respirador. Tener una enfermedad crónica también puede complicar el cuadro. Los pacientes con asma, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) o problemas cardíacos son más propensos a contraerla.
A su vez, aquellos con el sistema inmune debilitado o suprimido corren mayores riesgos, como es el caso de los pacientes con HIV, los pacientes trasplantados y quienes reciben quimioterapia, entre otros. Por último, fumar aumenta las posibilidades ya que el tabaquismo daña las defensas naturales que el cuerpo tiene contra las bacterias y los virus que causan neumonía.
Fuente: tn.com.ar