Cada vez más estudios sugieren que el momento en que hacemos actividad puede alterar los beneficios.
¿Es mejor para nuestro cuerpo hacer ejercicio a determinadas horas del día?
Un estudio nuevo y útil sobre el horario de ejercicio y la salud metabólica sugiere que, al menos para algunas personas, la respuesta es un sí con reservas. El trabajo, que analizó a hombres con alto riesgo de padecer diabetes tipo 2, descubrió que los que realizaban entrenamientos por la tarde mejoraban su salud metabólica mucho más que los que realizaban el mismo ejercicio a primera hora del día. Los resultados se suman a la mayor cantidad de pruebas de que el momento en que hacemos ejercicio puede alterar sus beneficios.
Desde hace tiempo los científicos saben que la cronología de nuestros días influye en la calidad de nuestra salud. Los estudios realizados tanto en animales como en personas indican que todos los tejidos de nuestro cuerpo contienen una especie de reloj molecular que suena, en parte, en respuesta a mensajes biológicos relacionados con nuestra exposición diaria a la luz, la comida y el sueño.
Estos relojes celulares ayudan a calibrar el momento en que nuestras células se dividen, se abastecen de combustible, expresan genes y realizan su trabajo biológico normal. Ajustados por nuestro estilo de vida, estos relojes crean múltiples ritmos circadianos en nuestro interior que hacen que la temperatura de nuestro cuerpo, los niveles hormonales, el azúcar en sangre, la presión arterial, la fuerza muscular y otros sistemas biológicos tengan altibajos a lo largo del día.
La ciencia circadiana también demuestra que la alteración de los patrones circadianos normales de 24 horas puede perjudicar nuestra salud. Las personas que trabajan en turnos de noche, por ejemplo, cuyos hábitos de sueño se ven alterados, tienden a tener un alto riesgo de sufrir problemas metabólicos como obesidad y diabetes tipo 2. Lo mismo ocurre con las personas que comen tarde por la noche, fuera de las horas habituales de la cena. Sin embargo, investigaciones más alentadoras sugieren que manipular el horario del sueño y de las comidas puede mejorar la salud metabólica.
Pero muchas de estas investigaciones se centran en el momento en que comemos o nos acostamos. No está tan claro si el horario del ejercicio puede influir en la salud metabólica, ni tampoco de qué manera, y los resultados de los experimentos realizados no siempre coinciden. Algunos sugieren que los entrenamientos matutinos, por ejemplo, aumentan la quema de grasas y la pérdida de peso.
Pero estos experimentos suelen manipular el horario del desayuno y otras comidas, así como el del ejercicio, lo que dificulta la determinación de los efectos circadianos concretos de los entrenamientos. También suelen participar voluntarios sanos, sin problemas metabólicos.
Fuente: www.airedesantafe.com.ar