La oxidación es un problema muy común en las manzanas y es bastante molesto. Por eso, estos son algunos trucos simples para evitarla.
Las manzanas son un alimento clave en la dieta de muchísimas personas del país. Además de sus beneficios a la salud, es una de la frutas más universales y también se puede incluir en otras comidas.
En ese contexto, un problema muy común con esta fruta es que se termina oxidando. Al estar mucho tiempo expuestas al aire, se genera una reacción química que termina afectando al aspecto y al sabor de las manzanas.
Para evitar esto, hay algunos trucos muy simples que ayudan a evitar esta incomodidad y disfrutar de la fruta en todo su esplendor y en buen estado.
Un truco muy útil es usar jugo de limón y mezclarlo en un vaso con agua. Una vez hecha la mezcla, se sumerge la manzana en el vaso durante sólo un minuto y el problema queda solucionado.
En caso de no querer usar limón (o algún otro cítrico que también sirva), se puede repetir el proceso mencionado con miel y el resultado será igualmente eficiente.
También se puede usar sal mezclada con agua, pero aquí el procedimiento es diferente. Con la mezcla de sal y agua hecha, se vierte un poco en las rodajas y luego se agrega más agua a las manzanas para dejarlas en remojo. Una vez hecho esto, se las escurre, enjuaga y se secan.
La cuarta de las claves es poner la manzana en un bol de agua fría y ponerles papel de cocina para que no salgan a la superficie. Haciendo esto durante aproximadamente 5 minutos, se evita sin problemas la oxidación.
El último truco es un poco más trabajoso pero permite la conservación de las manzanas para usarlas de distintas formas. Cortándola en rodajas y quitándole las semillas, se las guarda en una bolsa de vacío y se las puede congelar sin problema, evitando también la oxidación.
Fuente: la100.cienradios.com